Tras una noche en la que ya se empezaba a notar el cansancio más de la cuenta, madrugamos para un último día en Montpellier digamos que completito.....nuestra última visita a bodega por la mañana, acabar con el turismo de Montpellier por la tarde, cena y acostarse prontito que la vuelta a Toledo al día siguiente sería dura.
Amanecimos temprano y pasamos por turismo para informarnos de las bodegas cercanas para poder visitar alguna. Nos recomendaron sobradamente una muy cercana, en el mismo Lattes, que a su vez era la sede del
Sindycat du coteaux du Languedoc y organizaban en Lettes 2 noches a la semana los Festivales de Saporta (degustaciones de vino y gastronomía local a precios populares y en ocasiones gratuitas). Así que para allá nos fuimos.
Lo más interesante fué poder disponer de multitud de vinos de toda la denominación de origen allí a mano y tuvimos la enorme suerte de ser atendidos por una persona que hablaba castellano con lo que recibimos una explicación fantástica de la AOC, los terrenos que la forman, las uvas permitidas y los viticultores que la forman.
En la misma bodega, en una sala destinada a la venta (no cobraron nada por la visita ) se nos brindó la posibilidad de catar sus vinos ante nuestra disposición a comprar alguno. Nos preguntaron qué tipo de vinos nos gustaban y nos improvisaron una cata de 8 vinos, 4 blancos y 4 tintos (también sin coste) para tomar una idea a la hora de adquirirlos. entre las pocas notas que pude tomar (siempre bajo mi opinión de neófito) fueron éstas:
Blancos:-------- *
Lucian Grande Reserve (Terrases du Larzac): Tremendamente oloroso, frutas ácidas, poco maduras....algo ácido en boca.
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Más Granier (Terrases du Sommiers): Se nota la madera en nariz, también frutal y con postgusto mineral.
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Chateau Monfin (Peyrac de mer, Terrases du Narbonne): Suave un boca, con una nariz original....de postgusto muy agradable.
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Les moulin des donnes (Minervois): En nariz parecido a los anteriores, pero en boca con un toque ahumado. Muy suave y fresco.
Tintos:-------*Carignena (Corbiéres): Nariz con muchos tostados, café, humo y ceniza....en boca se trasmiten basicamente lo trasmitido en nariz. *
Le jardin de Malapere: Olores de tierra mojada, en boca cierto tono mineral.
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Coteaux du Languedoc (Saint-Christol): Muy nuevo para mi en sensaciones. Oscuro en todos los sentidos y muy sabroso en boca.
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Les Bambins (bodega Les Agustines): En nariz fruta negra....en boca frutal, muy seco al final.
Compramos un par de vinos de los probados y algún otro que nos llamó la atención por la explicación que nos brindaron sobre el tipo de agricultura (Campredon, de Alain Chabanon) o la altura de las viñas por ejemplo (Cebéne, procedente de Faugeres) y después de 3 horas hablando de vinos llegó el momento de continuar con la agenda.
Se acercaba la hora de comer, pero ántes decidimos acercarnos por una zona de la que nos habían hablado el día antes, el Antygone, zona realizada a base de arquitectura griega y clásica, imitando los templos griegos y romanos. Recorrimos la zona dando un paseo a pesar del calor, que los lugareños solucionaban bañándose en las fuentes cercanas.
Recorrimos un mercadillo que había justo delante de un centro comercial, diseñado por Ricardo Bofill según rezaba la placa de la puerta y donde pasamos para buscar un sitio para comer. Dada la hora, estaba todo bastante lleno, aunque conseguimos sitio en un italiano que nos llamó la atención, Caffé Firenze. Pedimos 2 platos de pasta, unos fussili campesina y unos Ravioli rellenos de queso al pesto y de postre un café gourmand y un cafe solo. He perdido el ticket y no puedo poner el coste exacto pero creo recordar que rondó los 20 euros todo. en ésta ocasión sin vino.
Tras el café, nos acercamos el centro para continuar con la visita turistica, de la cual lo más reseñable fué Le jardin des Plantes, la explanada de Peyrou, plaza inmensa que va a dar a uno de los menumentos históricos de la ciudad, el Acueducto romano y la Iglesia de Santa Ana con la plaza del mismo nombre que la aloja. El resto del tiempo lo dedicamos a pasear por su calles angostas y plazas, observando su arquitectura.
Para cenar escogimos, para despedirnos, la zona que más nos gustó de las que conocimos éstos días, La place du St Roch. Una vez allí escogimos un pequeño local en una de las calles aledañas a la plaza llamado "Le petit grill", que nos llamó la tención el primer día y que tenía una gran terraza en la calle.
Acompañados de la actuación de un grupo callejero, tuvimos una completa cena que consistió en unos entrantes, ensalada de gesiers y croustillant de queso de cabra que dieron paso en mi caso a un confit de pato al horno, todo ello acompañado por un pichet de 50 cl de tinto de Corbiéres.
Dos cafés sólos pusieron fin a la experiencia.
Como la noche anterior, al recoger el coche en la Place de la Comédie nos encontramos con una nueva actuación de unos rapers callejeros realmente espectacular.
Llegamos relativamente temprano a Lattes, pero la vuelta Montpellier - Toledo se antojaba cuanto menos durilla.