Para que os hagais una idea; fumo, me bebo hasta el agua de los floreros, igual como pato a la naranja que kebab de pollo... Creo que mi mayor logro gustativo fue distinguir los batidos de vainilla de Puleva y de Okey. En cuanto a los olores... normalmente me doy cuenta de si me he puesto desodorante por el gesto de mis compañeros de despacho...
Con este historial, ¿qué puedo decir yo de una degustación de vinos? Pues, ¡más de lo que yo mismo podía imaginar! La noche del 7 de junio bien es verdad que "Almerigirl" y yo teníamos la cabeza en otro sitio (dividida entre el Calderón y el Oasis...), pero la hospitalidad de los anfitriones y la distensión de la charla creó un ambiente en el que se aprendía a extraer un poco más de gusto, aroma y, en general, de disfrute del vino y la comida. Todos tenemos algo que decir y que aprender, y esa es la sensación general que obtuve. Lo cual no quita que sigamos siendo todos unos "bodegas"... solo que ahora cuando me llames "borracho" podré responder: " Sí, pero ¿qué me dices del retrogusto?...
jueves, 18 de junio de 2009
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