martes, 12 de octubre de 2010

Diario de a bordo: Ruta Gastro-Enológica. Día 10 de Agosto. Montpellier

Escogimos Montpellier como última etapa fija de nuestro viaje por lo mucho y bien que he leído en éste último año sobre la producción de vinos naturales, o biodinámicos como allí los llaman, y por los famosos Gres de Montpellier (denominación constituida que abarca los cerros de Languedoc y cuyas cepas tradicionales son la Garnacha tinta y la Syrah).

Después de visitar Le jardín des délices en Nîmes, nos pusimos en camino de vuelta a Montpellier (habiamos pasado el día anterior para llegar a Nîmes) donde nos perdimos en su circunvalación de acceso para encontrar el pueblo donde teníamos reservado el camping. Tuvimos que pasar al centro y preguntar en turismo, aprovechando mientras en solicitar información sobre bodegas y viñedos.

Tras ciertas complicaciones en turismo conseguimos la información que nos interesaba y partimos al pueblo, a unos escasos 6 km de la ciudad. El camping estaba realmente bien montado y está muy cerca del centro de Montpellier. Montamos la tienda y comimos algunas cosillas que habíamos comprado por el camino. Después de comer, temprano, partimos hacía el centro a descubrir la ciudad.

Aparcamos en el parking de Place du Comedie.....repleta de brasseries, locales y uno de los centros neurálgicos de la ciudad por lo que pudimos ver. También en esa plaza está el edificio de la Ópera. Nos situamos en el mapa y nos fuimos hacia el otro lado justo del centro, para empezar por la Catedral de San Pierre, del siglo XIV. Es gótica pero realmente parece una auténtica fortaleza, es mastodóntica y fuerte. Al lado está la Facultad de Medicina donde estudiaron por ejemplo Nostradamus o Ramón Llul.





Desde allí recorrimos todo el centro, pasando por el Arco de Triunfo, la iglesia de Notre Dame des Tables, Le couvent des Ursulines, Santa Ana, la Plaçe du Marché aux fleurs y la Plaçe Jean Jaures, abarrotada de gente y locales donde nos paramos a tomar un vino rosado.
De allí a la Plaçe de la Comedie hay un paso, y volvimos allí para acabar la ruta turística del día y comenzar a pensar en algo de cenar.

Nos acercamos a la Plaçe St Roch (San Roque) ya que según nuestras guias es una plaza preciosa y diferente al resto, menos turística y transitada. Realmente las guías reflejaban la realidad de la plaza. Coqueta, locales y cafés apartados del turismo, muestras de arte en la misma calle, músicos, columpios para los niños y una bella iglesia que aprovechamos para ver. Fue una visita corta ya que comenzaba una prueba para el coro pero mereció la pena.
A la salida nos sentamos en la escalinata de la iglesia mirando hacía la plaza y entonces nos dimos cuenta de algo que hasta entonces nos había pasado inadvertido: estaban restaurando la fachada del edificio de enfrente, en la misma plaza, y habían colocado un toldo sólo en las zonas donde estaban de obras y dejando al aire libre la zona de la fachada que no estaba en obras. Resulta que habían pintado el toldo y había ventanas reales y ventanas que no, gente real asomada y gente que no.....una pasada, si no te paras muy detenidamente a mirarlo no te das ni cuenta. Os dejo la foto:






Realmente el centro histórico de Montpellier, que perteneció al Reino de Aragón en su momento, es todo él una maravilla. Calles angostas, todo de piedra, en la misma piedra, todo del mismo color.....me recuerda en parte a Salamanca por la piedra del mismo color y en parte a Toledo por sus calles angostas y sus cuestas pronunciadas. Las multitud de plazas que pueblan el centro le dan una vida especial.

Para cenar elegimos una creperie (que ya apetecía de nuevo) en la misma calle de acceso a la plaza. El local se llama "Les Casseroles en folie" (Las caceloras en fila). Si alguno pasa por Montpellier no puede dejar de ir si le gustan los crepes y quiere cenar bien y muy barato. El trato es excelente, el dueño mismo hace de camarero también y habla español, conoce ciudades españolas y nos trató a cuerpo de rey.
Optamos por un crepe salado para cada uno y uno dulce para compartir. Un pichet de medio litro de vino de Beziers servido en cuencos de loza como nos fue habitual en las creperies y dos cafés solos para acabar. El precio total fue de 26 euros. Los Crepes elegidos fueron:

* Crepe de Tripandouille con huevo (tripas o callos, con tomate y una salsa exquisita).
* Crepe de pollo asado, champiñones, pimientos asados y aceitunas negras.
* Una pequeña ensalada que venía incluida con el pedido.
* Crepe de Chocolate, caramelo y chianty con avellanas.







Tras una cena que fue realmente increíble, entre otros motivos por los sabores nuevos que pudimos probar y el tratamiento tan increíble que le da la cocina francesa a la casquería por ejemplo, nos encaminamos al coche con la intención de acercarnos al puerto de Lattes antes de ir al camping para tomar una última copa allí tranquilamente a pié de barco.
Al llegar a la Plaçe de la Comedie nos encontramos con un grupo de breakers montando su espectáculo en plena plaza con cerca de 100 personas alrededor aplaudiendo y disfrutando. Hice un vídeo con toda la actuación, en concreto con un solo de popping realmente brutal por parte de un chaval. Procuraré subirlo si compruebo si se ve algo claro.

Nos fuimos al puerto de Lattes y nos tomamos, como he dicho, la última copa allí ....estuvimos muy tranquilos porque no había mucha gente. Un final muy agradable para un día duro....ya se empezaban a notar los días sin parar uno tras otro.
Al día siguiente nos quedaría nuestra segunda jornada en Montpellier, dedicada esta vez a los museos y jardines. Por la mañana, antes de eso, nos quedaría nuestra última visita a una bodega en Francia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario