La "ruta" monográfica en la Bodeguilla de al lado fue una noche educativa: educamos el gusto, el olfato, la vista, incluso el tacto... y yo diría que hasta el oído! Tuvimos una gran maestra, la Profesora Fuensanta, excelente educadora porque enseña con el ejemplo.
En sus manos dejamos la elección de 3 vinos, 3 ritmos, 3 melodias diferentes que degustar. El primer movimiento fue a base de Tempranillo, de la mano de Hacienda Zorita (Marques de la Concordia). Aunque sea conocida por todos, la variedad Tempranillo es capaz de dar una gama de vinos tan dispar que nunca se termina de conocer del todo. Intentamos retener en la memoria sus sabores, su ligera aspereza, su intensidad.
Fuensanta nos sorprendió presentándonos Mas de Bazan hecho a base de uva Bobal, absoluta desconocida para todos los asistentes. Una fruta dura, resistente, que crece en la zona Manchega y Valenciana. El vino degustado era intenso en aroma y sabor, de marcado carácter herbáceo.
El último acto consistió en recordar un viejo conocido; Pétalos del Bierzo, monovarietal de uva Mencía. Los seguidores habituales recordareis gratamente este vino elegante y decidido, brillante, balsámico en nariz, muy complejo en boca, que tanto éxito tuvo en el encuentro de febrero.
Quiso Fuensanta con esta progresión de tipos de uvas encaminarnos en un crescendo de carácter del vino, guiándonos con sus presentaciones por el laberinto de sabores encontrados. Tuvo además paciencia y amabilidad para satisfacer nuestras curiosidades y preguntas sobre vocabulario vinícola, y cuanto más nos enseñaba, más nos intrigaba, más ganas de conocer, reconocer, admirar y disfrutar.
No estuvo descuidado, por supuesto, el maridaje, ricos productos de la tierra; lomos, patés,quesos, pistos, todos exquisitos, todos integrados en la orquesta, en la gran sinfonía que disfrutamos aquella noche de jueves.
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